martes, 26 de enero de 2010

LOS HIJOS Y LA METAMORFOSIS DEL ALMA


Cuando tenía 16 ó 17 años me entró un odio hacia los niños…no los soportaba, y ni hablar de ser madre alguna vez…me burlaba de las madres de familia, de su monotema al hablar siempre de los hijos, de la mediocridad de sus vidas de amas de casa…para mí los niños eran seres gritones y malcriados, groseros hasta decir basta…definitivamente eran seres extraños e incomprensibles…

Entonces, de algún modo que hasta ahora sólo puedo explicar como una fuerza de la naturaleza, me encontré a los 21 años queriendo tener un hijo…sentía quizás egoístamente que un hijo me iba a dar el cariño que no había tenido en casa, y que teniéndolo ya nunca iba a estar ni a sentirme sola nunca más…y la mano del destino me dio lo que yo tanto quería: tuve mi primera hija, Nicole, a los 23 años…

Allí comenzó lo que yo llamo “la metamorfosis del alma”…de pronto empecé a pensar no sólo en mí, sino en otra persona…mi egoísmo, mi “yo” que tanto amaba y defendía se fueron disolviendo, y dentro de mí surgió un amor distinto, quizás inexplicable…desde la primera vez que tomé a Nicole en mis brazos empecé a cambiar…comenzaron las madrugadas sin dormir, las noches en vela cuando se enfermaba, los biberones de las 6 de la mañana…esa pequeña personita me estaba dando una lección de vida…ya no importaban mis necesidades…sino las de ella…

Pero sólo era el comienzo…me costó cambiar…como mucha gente joven que tiene hijos, me resistí al cambio con furia y desesperación…todavía estaba joven, no me iba a volver una de esas madres de familia sacrificadas y frustradas…busqué trabajos, los encontré, tenía que vivir mi vida, realizarme como mujer, y no sólo a través de los hijos…Seguía mi búsqueda…no sólo laboral y profesional, sino también a nivel emocional…estuve casada por 5 años…luego me divorcié…tenía que evolucionar…era un impulso incontrolable y sentía que no podía parar…Además sentía que no podía perder el tiempo…los fines de semana eran definitivamente para mí…no podía dejar pasar la noche del sabado sin hacer algo…lo que fuera, menos quedarme en casa…de nuevo mi “yo” luchaba por mantenerse en primer lugar…

Con el tiempo, me encontré en una vorágine que yo misma había creado…con una hija pequeñita que cuidar, trabajando todo el día, juergueando los fines de semana…quizás después de años de estar así perdí un poco la perspectiva de las prioridades en la vida…y mi chiquita fue creciendo…muy rápidamente…Después de años de vivir así y negar la realidad, un día, a mis 37 empecé a entender cuánto la había dejado de lado por vivir mi vida…me dí cuenta de cuánto de su vida me había perdido por pensar en mí…mi juventud y su infancia habían pasado muy rápido…

Entonces, cuando menos lo esperaba, todo volvió a cambiar…la vida, el destino o lo que sea me dieron una segunda oportunidad…volví a ser madre por segunda y tercera vez…y nacieron Almudena y Caetano…después de unos 15 años aproximadamente volvía a ser madre…no fue planeado…fue una sorpresa total…algo que para mí que no creo en Dios desafía totalmente mi ateísmo…porque sólo lo puedo definir como algo divino…fue difícil…empezaron de nuevo las madrugadas interminables, los cansancios, las ojeras, los llantos de bebés…igual que la primera vez…pero no todo era igual…algo había cambiado: “Yo”…ese “yo” furibundo y altanero, egoísta y desenfrenado se había domesticado y amansado…ya no importaba tanto perderse una juerga…las noches dejaron de ser atractivas…mi alma insaciable de aventuras ya no necesitaba irse en busca de emociones nuevas…y comencé a ser feliz en casa, con mis hijos…

Mi alma viajera había encontrado un puerto donde descansar tranquila…entonces empecé a valorar tantas cosas que nunca antes habían tenido importancia para mí: la belleza de los domingos en la tarde, sentarse a jugar con tus hijos sin que nada más importe, verlos dormir a tu lado y sentir su aliento tibio junto a ti…ver la felicidad en sus ojos cuando les dedicas un cariño o les sonríes…cargarlos y apretarlos fuertemente junto a ti…

Finalmente, mi “yo” había perdido la batalla…con Caetano tuvo su tercer round…y lo perdió prácticamente desde el inicio…y comencé a comprender…hice lo que nunca hubiera imaginado: dejé mi trabajo…y me dediqué a ver crecer a mis hijos…me convertí en lo que tanto había despreciado: UNA AMA DE CASA…pero el significado de la frase ha cambiado totalmente para mí…ya no es una frase peyorativa…ya no significa dentro de mi la mediocridad de una persona que se sacrificó en vano, ya no significa una renuncia cojuda de tus ideales y tus metas personales…si bien es cierto de vez en cuando mi alma insaciable aún tiene ganas buscar nuevos rumbos…si bien es cierto a veces me harta la rutina de la casa, y me siento a veces encarcelada en el circulo vicioso de cambiar pañales, hacer biberones, lavar platos, etc…hay momentos hermosos que compensan todo a lo que yo he renunciado…hay momentos en los que de tan solo mirar a tus hijos entiendes de pronto de lo que se trata la vida…se trata de amar, de aprender a dar, de aprender a ser feliz con lo que tienes…tan simple como eso…y cuando veo las miradas de mis tres hijos soy tan feliz…y a veces no puedo evitar derramar una que otra lágrima…tal vez las mujeres cuando nos volvemos madres nos volvemos también unas lloronas incontrolables…puede ser…en todo caso…me gusta como soy ahora…tan distinta de aquella adolescente de 17 que odiaba a los mocosos…mis hijos me han dado el regalo más grande de la vida…me hacen ser un mejor ser humano, me han dado la capacidad de ser más sensible con los que me rodean, de preocuparme más por la dicha y el dolor ajenos…mi alma sigue aprendiendo, sigue viajando pero por caminos más tranquilos, llenos de luz y de paz…

Nicole, mi hermosa adolescente artista e inconforme, Almudena, mi loquita incontrolable de rulos y espíritu indomables, y Caetano, el pacifista y sonriente pensador…tomaron mi alma y se la robaron, y por eso los amo tanto, y por eso los voy a amar toda la eternidad, toda esta vida y todas mis otras vidas…MI ALMA ESTÁ FINALMENTE TRANQUILA Y FELIZ!!!

(Escrito el 26 / 12 / 2008)

lunes, 18 de enero de 2010

PARA TODOS LOS TIMIDOS


A veces me pregunto: “Qué coño hago yo cantando???”…y es que soy una tímida incurable…la timidez es cosa seria…los tímidos me entienden…no es que amanezcas un día y digas: “yaaa…desde hoy no voy a ser tímida”…naces tímida y así eres toda la vida…

Mis más tempranos recuerdos tienen que ver con eso…me acuerdo a mis cuatro años, tratando de esconderme de la foto con todos los niños del salón…por supuesto nunca me ligó…

La primera vez que pise un escenario fue a los 6 años en una actuación del colegio…un desastre…los nervios hicieron que me olvidara del baile que tanto había ensayado…me quedé en blanco mirando al público…mi profesora me tuvo que sacar de allí, para evitar un precoz soponcio…

En mi primera exposición de colegio…se me olvidó todo lo que había memorizado…y entonces…no me quedó más remedio que ponerme a llorar delante de todo el salón…desde allí, nunca más pude exponer sin temblar como gato mojado…

Ni que decir de las citas con chicos…era horrible cuando se hacía un silencio en plena cita, y yo sufría tratando de encontrar palabras para decir…pero mi mente se ponía en blanco…

Como ya dije…la timidez es algo con lo que uno nace…y dura toda la vida…está allí y sale cuándo menos lo piensas…o cuando menos lo quieres…

Es la misma timidez que hace que descuelgue el teléfono de casa y el celular cuando es mi santo…porque no quiero tener que hablar con nadie…o la timidez que hace que me mande tres cuba libres al hilo para poder conversar con alguien en una reunión…o la timidez que hace que me esconda en el baño antes de salir a cantar…para respirar profundo…

Lo más loco es que puedes ser recontra adulta, tener toda la experiencia del mundo, cantar delante de muchas personas, etc…y aún así cagarte de miedo porque sí…y tienes que reconocer que sigues siendo una tímida de m…

Así que hace mucho tiempo decidí dejar de luchar contra ella…hacer las paces…ser chocheras…es por eso que ahora la llevo conmigo, y hemos aprendido a convivir juntas…mi timidez y yo…Ahora la escucho cuando me habla, y la respeto…no la fuerzo a hacer las cosas que no quiere…pero a veces le doy un empujoncito para que sea más aventada y se anime a hacer algunas cosas…

Desde aquí quiero saludar a todos los tímidos y tímidas que estén leyendo esta nota…y decirles que no están solos…y que a mis casi cuarenta, ya no me jode ser así…estoy contenta de poder decir “Soy tímida”, con una sonrisa en la boca…

TIMIDOS DEL MUNDO…UNÍOS!!!!

(Escrito el 7 / 10 / 2008)