Nada…
Sólo este hueco hondo
En el pecho,
Y estos ojos
De garúa incesante
Que no ven la luz…
Nada…
Sólo el lento olvido…
La ternura que agoniza
La inmensidad de las horas
Los abrazos perdidos
Nada…
Sólo este cascarón vacío
Este no estar
Esta necesidad que no calma
Mi corazón, un pueblo fantasma…
Nada…
Sólo recuerdos de arena
Desapareciendo
Entre mis dedos…
El tiempo implacable
Acabando con todo…
La tristeza insondable,
El eco de voces lejanas,
Este silencio
Que lo cubre todo…
Esta discreta soledad
Que me acoge en sus brazos
Cada noche…
Y que me besa al despertar…
Nada…
Sólo el otoño del ensueño
Y mi alma tan partida…
Sólo mis manos abiertas
Dejando que todo
Se lo lleve el viento…
Hasta que no quede nada…